domingo, 21 de octubre de 2012

2 FORMAS DE VER EL GRAN SALTO

Hemos consultado la prensa de estos días y, sin duda, el salto estratosférico de Felix Baumgartner es uno de los hechos más comentados. A continuación aparecen dos resúmenes de noticias que tratan el tema destacando diferentes puntos.

Como elemento publicitario: 

Hay muchas marcas que han disminuido casi al máximo sus spots publicitarios para centrarse en patrocinar grandes eventos. Una de ellas es Redbull ya que, desde hace años se dedica a patrocinar deportes de riesgo como este salto estratosférico. Aunque algunos eventos similares a este hayan terminado en tragedia, ellos creen que los posibles beneficios son mayores que los riesgos y, por ello, continúan haciéndolo. 
           En el caso de Baumgartner, la idea consistía en colocar el logotipo de Redbull en su casco, su traje y su paracaídas teniendo en cuenta que la repercusión del salto sería mundial y, por tanto, la publicidad también. Además, este es el ejemplo perfecto para el eslogan de la marca: "Redbull te da alas", alas como las de Baumbartner y su paracaídas. 


Como experimento físico: 

El salto de Baumbartner es un buen ejemplo para comprobar algunas teorías físicas.
          La cantidad de aire, el peso de la cabina y su hermetismo eran claves para que la propia cabina consiguiera elevarse y para que Baumgartner no muriese por los cambios de presión. Además, estos cambios son los que hacen que el globo parezca más grande a mayor altura porque, cuanta menos presión, más se expande el gas. También queda desmentido que a esa altura no hay gravedad (sí la hay pero, como cae a tanta velocidad, no le da tiempo a ser consciente de ello y parece que flota) y que la caída es más fuerte si te tiras desde un lugar muy alto porque el rozamiento del aire hace que la velocidad se estabilice y se detenga en un punto ("velocidad máxima"). En este caso, Baumgartner no superó la velocidad del sonido porque estuviera a 39.000 metros de altura, sino porque al estar en las capas altas de la atmósfera, donde hay menos presión, la velocidad límite es mayor. 
          A la hora de abrir la cabina, la clave para que el paracaidista no estallase fue, además de llevar un traje presurizado y con su propia fuente de oxígeno, estabilizar la presión entre el interior y el exterior de la cabina.


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