En este caso, sin embargo, el texto no sirve para anunciar un reloj, sino un coche.
En primer lugar, aparece un chico poniéndose el reloj nada más despertarse. A continuación, coge el coche y, a la vez que escuchamos al propio Cortázar leyendo un fragmento de su texto en una voz en off, las imágenes nos muestran cómo el chico está obligado a cuidar su coche, a echarle gasolina, a limpiarlo, a vigilar que no se lo roben e, inevitablemente a compararlo con los demás coches. Es decir que, en este caso, no es el reloj quien lo posee, sino el coche.
La frase final de Cortázar dice: "No te regalan el reloj, tú eres el regalado". En este caso, al mostrarnos la imagen del coche, debemos interpretar que al chico "no le han regalado el coche, él ha sido el regalado". Además, lo último que aparece en el anuncio es: "León. ¿Quién posee a quién?". Así queda claro que el nuevo Seat León posee a su dueño, a quien lo conduce, por su calidad.
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